BERRINCHES EN UNA NIÑA AD.


Hace un par de días mi pequeña y adorada hija me regaló una sesión completa de berrinches donde el ser más paciente hubiera perdido por completo tal virtud.

Y es que como les mencioné en otra publicación, mi hija responde a las características de un niño de alta demanda, por lo que los berrinches en ella son como despertar las 7 plagas,  y es ahí donde entra mi paciencia, la cual vengo trabajando desde que "terremoto" era un bebé.

En los niños AD por lo general los berrinches surgen mucho antes de los típicos dos años ó "los terribles dos", por lo tanto en casa lo hemos vivido prematuramente y con intensidad.

Por supuesto "terremoto" quería y sigue queriendo hacer cosas que para su edad aún no puede, es aquí cuando aparece la frustración, enojo y ¡zas! berrinche asegurado. En nuestro caso nos ha funcionado dejar que se desahogue (de cualquier manera no acepta consuelo de inmediato), después le ofrezco mis brazos y si acepta, entonces se acurruca y poco a poco se va tranquilizando. Al final le explico por qué aún no puede realizar ciertas tareas, le pregunto cómo se siente, si desea que la abrace o simplemente compañía. Tal vez suene fácil, pero no lo es; algunas veces funciona y otras tantas debo mantener la cabeza fría para no estallar igual que ella.

Por lo pronto, es importante no ignorar las rabietas pero también lo es ejercer nuestra autoridad como padres de una manera inteligente, las reglas son necesarias para una sana convivencia y los niños deben aprenderlo.

Nadie dijo que criar a un niño fuera fácil pero con "terremoto" la teoría se quedó corta. No ha faltado quien me haya sugerido darle una "nalgada" "un manaso", y antes de que salga el Hulk que llevo dentro ante tan arcaicas sugerencias, los exhorto a informarse y a abrir su mente a otra forma de crianza, una donde el respeto, la empatía y el amor son la mejor combinación para saber guiar a un niño. Yo tengo una niña alto demandante y el día a día ha sido duro, y sin golpes hemos logrado avances, así que no hay pretexto alguno que los justifique. Los berrinches son naturales en el desarrollo de  los pequeños, ayudémoslos a pasar esta etapa de la mejor manera posible y en un futuro veremos resultados con adultos capaces de gestionar emociones y situaciones adversas.

Por lo pronto seguiré acumulando kilos de paciencia para sobrellevar lo que aún me falta con mi intensa, testaruda, desafiante... pero amorosa y persistente hija 😉

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